Para uno que cuando chico pasó buena parte del tiempo de infancia frente a la pantalla de TV (entre otras diversiones de la época como jugar a las polcas, a las quemaditas, o a la tiña) recuerda a los rostros que aparecían cada tarde mientras uno almorzaba antes de clases o tomaba once a la vuelta del colegio, o los fines de semana después de almuerzo. No sólo de monos animados vivíamos los chicos, ya que aparte de la Fuerza G y Denver el último dinosaurio, habían también series que uno siempre veía como por citar los ejemplos que me convocan a hablar de esto, La isla de la fantasía y Los Venegas.
Estas dos series en particular, porque hace unos días Ricardo Montalbán (el anfitrión de la famosa isla) y ayer Yoya Martínez (la señora Hildita de la familia más conocida de Chile) fallecieron. Uno a los 88 y la otra a los 96. Gente que llenó de alegría a generaciones y que después mueren perdidos en el olvido, con una situación económica indigna para todo lo que dieron durante sus mejores años, y sin ningún reconocimento por parte de las generacione
s más jóvenes.Igual encuentro lamentable que gente como Yoya muera en esas circunstancias. Ya sé que todos los días muere gente en penosas circunstancias, pero quería aprovechar que todos los medios de incomunicación estaban hablando de eso para sacar a flote el tema de la gente mayor. Despúés que dan todo por su familia, por trabajar para el sistema, éste mismo es el encargado de desecharlos por que ya no sirven. Es una de las peores cosas que se pueden hacer en contra de estas personas ya que pensemos, nuestros padres y abuelos también son o van a llegar a viejos, y no queremos que ellos vivan el mismo flagelo. La invitación es a querer a sus padres y abuelos y a no abandonarlos.
Más sobre Yoya Martínez acá.
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